PROYECTO URBANO EN LA FRONTERA VALGA-VALKA, ESTONIA – LETONIA
Valga y Valka son una de las pocas ciudades del mundo divididas por una frontera. La antigua población quedó partida en dos en 1920, entre los nuevos estados de Estonia y Letonia. Durante décadas, la línea fronteriza fue una herida urbana: invisible bajo la ocupación soviética, restaurada con la independencia de los años noventa y, finalmente, reabierta con el Acuerdo de Schengen en 2007. Aquel vacío entre los dos núcleos, sin vida ni infraestructuras, se convirtió en una oportunidad: transformar un límite en un centro compartido.
A partir de 2014, con el apoyo del programa europeo Interreg, ambos países impulsaron un concurso internacional para diseñar la nueva centralidad de Valga-Valka. Nuestra propuesta hace realidad este reto, convirtiendo el antiguo no-espacio fronterizo en un nuevo paisaje urbano que une dos ciudades en un mismo corazón.
La intervención crea un eje cívico y peatonal que conecta plazas, calles y equipamientos, con una gran plaza central para eventos y un parque verde que recupera el antiguo cauce de agua y se vincula al río Pedeli. Los caminos, los “strands”, atraviesan la frontera como senderos, pasarelas y puentes, ofreciendo lugares singulares donde conviven naturaleza, cultura y juego.
Uno de estos strands se transforma en un puente-icónico: un punto único sobre la frontera donde un columpio permite balancearse, literalmente, entre Estonia y Letonia. Con pavimentos de ladrillo, pérgolas y mobiliario de madera inspirados en las leyendas locales, el proyecto hace visible el lema compartido: “One city, two states”.